WALSCH NEALE DONALD
CONVERSACIONES CON DIOS 1
DEBOLSILLO

Páginas: 208
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789877256536

Se encontraba en ese momento en que el dolor -el peor dolor, el que produce la soledad de espíritu- amenazaba con desbordarse en la más insondable desesperación. ¿Qué mejor prueba podía tener de la inexistencia de Dios que su insensato sufrimiento? Aun si existiera y fuese Dios de bondad, ¿no podría, en su soledad, reclamarle como interlocutor? Este último gesto de esperanza obró el milagro. A partir de esta crítica experiencia vital, Conversaciones con Dios es la transcripción del más infrecuente -aunque quizá debiera considerarse el más necesario- de los diálogos: a través de ellos se revela un Dios tolerante, tan conocedor de los fuertes anclajes morales de la mayoría de los seres humanos como del intenso arraigo de sus carencias. Y por ello, más interesado en proponer a sus criaturas una actitud que en exigirles un código rígido y pormenorizado de normas. Un Dios, pues, humano, en la medida que los hombres están hechos a imagen y semejanza de él. «No se trata de un libro escrito por mí, sino que me ha ocurrido a mí.»

CONVERSACIONES CON DIOS 1

$10.299,00
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CONVERSACIONES CON DIOS 1
DEBOLSILLO

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Se encontraba en ese momento en que el dolor -el peor dolor, el que produce la soledad de espíritu- amenazaba con desbordarse en la más insondable desesperación. ¿Qué mejor prueba podía tener de la inexistencia de Dios que su insensato sufrimiento? Aun si existiera y fuese Dios de bondad, ¿no podría, en su soledad, reclamarle como interlocutor? Este último gesto de esperanza obró el milagro. A partir de esta crítica experiencia vital, Conversaciones con Dios es la transcripción del más infrecuente -aunque quizá debiera considerarse el más necesario- de los diálogos: a través de ellos se revela un Dios tolerante, tan conocedor de los fuertes anclajes morales de la mayoría de los seres humanos como del intenso arraigo de sus carencias. Y por ello, más interesado en proponer a sus criaturas una actitud que en exigirles un código rígido y pormenorizado de normas. Un Dios, pues, humano, en la medida que los hombres están hechos a imagen y semejanza de él. «No se trata de un libro escrito por mí, sino que me ha ocurrido a mí.»