MARIANO DUPONT
FIGURAS
EDITORES ARGENTINOS

Páginas: 184
Formato: 21 X 14
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789874788276

La Operación Dupont es proteica: su trabajo consiste en detectar modos de pensamiento que, a fuerza de redundancia, se han transformado en clichés. Sus presas son pequeños quijotes ávidos de ilusión en un mundo sin quimeras, a los que Dupont les aplica, sin distinciones ideológicas, una ironía méchante que centellea como acero quirúrgico. Dupont no critica tales o cuales lenguajes sea la filosofía, el psicoanálisis, la lógica, etc., los embosca, los espera agazapado en un cruce de caminos, allí donde la cultura los transforma tediosamente en lo que Flaubert llamó ideas recibidas, ese conjunto de lugares comunes que hacen a la vida vegetativa de los sujetos, perpetuándose en ellos: los sujetos cuestionados de Dupont, simultáneamente trágicos héroes de nuestro tiempo y cómicos payasos ignorantes de su fatum, no logran ver el elefante que tienen en las narices, encerrado en su propia habitación. Estas extraordinarias Figuras de Dupont son un sistema móvil que a diferencia de la línea Maginot, un sistema fijo de defensa ante una guerra de movimientos que el general Patton llamó un monumento a la imbecilidad nos ayuda a no ser asfixiados por la época y a eludir ese viento letal que, soplando más allá de los tres monoteísmos, la cultura actual celebra como la primavera misma. (Luis Thonis)

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Peso: 0.3 kgs.
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La Operación Dupont es proteica: su trabajo consiste en detectar modos de pensamiento que, a fuerza de redundancia, se han transformado en clichés. Sus presas son pequeños quijotes ávidos de ilusión en un mundo sin quimeras, a los que Dupont les aplica, sin distinciones ideológicas, una ironía méchante que centellea como acero quirúrgico. Dupont no critica tales o cuales lenguajes sea la filosofía, el psicoanálisis, la lógica, etc., los embosca, los espera agazapado en un cruce de caminos, allí donde la cultura los transforma tediosamente en lo que Flaubert llamó ideas recibidas, ese conjunto de lugares comunes que hacen a la vida vegetativa de los sujetos, perpetuándose en ellos: los sujetos cuestionados de Dupont, simultáneamente trágicos héroes de nuestro tiempo y cómicos payasos ignorantes de su fatum, no logran ver el elefante que tienen en las narices, encerrado en su propia habitación. Estas extraordinarias Figuras de Dupont son un sistema móvil que a diferencia de la línea Maginot, un sistema fijo de defensa ante una guerra de movimientos que el general Patton llamó un monumento a la imbecilidad nos ayuda a no ser asfixiados por la época y a eludir ese viento letal que, soplando más allá de los tres monoteísmos, la cultura actual celebra como la primavera misma. (Luis Thonis)